
En octubre se cumplirán 30 años de su mayor temblor de piernas. Todavía tiene un papel intacto que le recuerda la sensación: “To César with Love, Sting” (“A Cesar con amor, Sting“). Tres meses antes alguien lo había llamado: “¿Querés cantar antes que Sting en el Centenario de Montevideo?”. César Banana Pueyrredón solo atinó a preguntar descreído: “¿Cuánto hay que pagar?”.
El avión que lo llevaba a Montevideo a cumplir su misión como telonero del británico transportaba también al colega Eric Clapton. “Mr. Clapton” (se animó a titubear Banana), pero dos enormes hombres de negro se pararon para frenarlo.
Un martes ensayó y al otro día cantó.
“Terminado el ensayo, me puse a hablar con el guitarrista de Sting, que era argentino, de Hurlingham, Dominic Miller. Me decía que necesitaban más tiempo para ensayar, si le cedíamos tiempo porque su baterista era nuevo“, cuenta el nieto de Honorio Pueyrredón. Compartíamos hotel, a la noche vamos al bar con mi hermano y Dominic me dice: ‘Vení que Sting quiere hablar con vos'”.
La charla fue fugaz, pero de museo. Sting le agradeció el tiempo cedido para los ensayos y todos se fueron a dormir. Al día siguiente, César como telonero le cantó a los uruguayos Conociéndote y otros hits para la previa, que duró 35 minutos. Terminado el show de Sting, el argentino y el británico se reunieron en el camarín. La foto que César recuperó hace poco más de un año documenta el gran ánimo de la estrella rubia. “Entramos al camarín, agarró algo para hacerse el gracioso, una especie de fruta, y posamos“.

Dada su versatilidad, hace unos días César debutó en la virtualidad paga: fue contratado por un marido que le contrató un show para su esposa vía Skype.
La cuarentena lo tiene capturando recitales en el living de su casa. A su hit Quédate lo recicló: ahora cantando implora “quédate en tu casa, lavate las manos”. Su pedido en redes sociales es el de cientos de colegas: “Por favor, no devuelvas tus tickets, escuchá música en streaming, dale Play a los videos, comprá singles de manera digital para que no se apague. La industria de la música será una de las últimas en recuperarse, millones vivimos de ella“. Cuenta que está viviendo de ahorros. Que necesita desesperadamente salir a tocar, “no solo por una cuestión del lucro, más bien por un sentido existencial“.
En la entrevista para Clarin contó “Una vez me contrataron para dar un show para unos 300 chicos sordomudos. Yo estaba en el escenario y me acompañaban las profesoras de lengua de señas. Todos cantaban, y yo terminé llorando: esa noche entendí que música no es sonido, es algo mental. Y que un músico te diga eso es raro. Esa actuación me dejó una gran enseñanza“.
Acerca de Sergio Denis dijo “Yo creía que Sergio [Denis] iba a zafar. Se había recuperado de un infarto masivo, de adicciones. Yo no era su amigo, nuestras hijas sí se hicieron amigas y nos juntaron en una cena que nunca voy a olvidar y en la que se abrió increíblemente. Hay que celebrar a un tipo que nos da una música llena de luz. Él era mucho más popular que yo“.
Consultado sobre ese capítulo triste que logró superar tras el nacimiento de tu hija, dijo: “En 1987, cuando nació mi hija Juana, mi esposa casi se muere en la terapia intensiva. Ahí escribí la canción Más cerca de la vida. Yo le iba escribiendo todo eso mientras ella atravesaba una oclusión después del parto. Fue una semana, la beba y yo en casa, mi suegra que me dio una mano, yo ya tenía a mi otro hijo. Fue muy difícil. Cuando despertó, con todo eso que le iba escribiendo hice el tema y ese álbum fue bisagra en mi vida. Transformé un momento crítico en un álbum lleno de luz y garra”.

Cuando le preguntaron acerca del tema “Conociéndote” comentó: “A pesar de que a mi mujer no le gusta, tiene celos retroactivos. Ese fue un tema que le compuse a una compañera de facultad, un amor de tres o cuatro meses. Supe después que esa chica se fue a vivir a los Estados Unidos. Mi esposa cree que cada vez que la canto recuerdo a mi ex novia, y no. Los músicos un poco nos engañamos, pensamos que le estamos dedicando la canción a alguien, pero ese alguien es la excusa. Uno elige excusas para escribir. Yo usé el deslumbramiento para componer algo poético. No fue amor, pero la canción duró por siempre. Los cancerianos somos así. Todavía guardo las canciones que le hice a mi mujer. Guardo de todo.
Refiriéndose al “pasado” y a las “ganas de dar un salto” manifestó:
“No se puede vivir del pasado, pero tampoco se puede vivir sin pasado. Yo uso el pasado como trampolín para ir hacia adelante. ¿Por qué me voy a ir de mi zona de confort si me hace bien? No me voy a poner a hacer tango electrónico por cambiar. Yo me elevo y voy de una zona de confort a otra. Para mí no hay almanaques. Estoy por arriba del tiempo. Yo surfeo por encima del tiempo“.
Fotos y texto extraído de una entrevista publicada en Clarin.com
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